Hoy tengo la obligación de enseñarte el trabajo del ruso
Andy Prokh para que se te alegre el día, porque no es para menos. La imaginación de Andy, una niña risueña (en este caso, su hija Catherine) y un gato paciente y bonachón dan como resultado unas tiernas y mágicas fotografías. Preciosas, ¿verdad?
¡¡Me encanta!! Son fantásticas, menudo gatazo!!!
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